sábado, 30 de octubre de 2010
(I)Relevancia.
Me asusta mi propia relevancia a la hora de actuar. Espacarme por un momento de la regla y romper esa fina línea situada ante mis ojos. El amplio sentimiento de capacidad que te suplica que lo dés todo a cambio de la nada. Lo desconocido que quizá puedas ver reflejado algún día. Parte de la prueba es actuar sin ninguna garantía, sin ninguna futura recompensa. Levantar la vista luego y encontrarte con al muda recompensa de abrir los ojos y percibir todoas esas imágenes hermosas a tu alrededor. Todo lo pequeño que antes pasaba desapercibido se materializa de repnte ante tus ojos para demostrarte que aún queda algo.
martes, 19 de octubre de 2010
La baldosa.
No sé si llamarlo madurez, experiencia, o simplemente paso del tiempo. Todo parece haber ganado una nueva ambigüedad. El dos se tornó uno, y de ese uno nacieron mil nuevas caras. Ahora que he perdido toda noción, todo aprecio. Todo. Ahora ganan un nuevo significado esas palabras antes tan cursis. Tú me haces sentir viva? Nunca antes pensé que el concepto de vivir no se limitaba a pasearse por la rutina. Donde sea que estén todos esos sentimientos, hubo un momento en el que el hastío los secuestro, sepultó bajo sus redes. Han desaparecido, mi vida ha desaparecido. Mi vagar de un lado a otro sin más compañía que una sorda indiferencia, sin levantar la vista, limitándome a esquivar esas inoportunas baldosas levantadas, no me pregunto cual es su significado ni su razón.
Cual es mi significado y mi razón?
Que la respuesta me haga llorar o reír, peor que haga algo.
domingo, 17 de octubre de 2010
El baile.
Descubrió que para mantener la relación debía llevar a cabo muchos cambios. Había que bailar a su mismo ritmo, guiándose por sus expresiones, cada una de sus palabras. Así pues, había de alejarse en el momento en que percibía aquella fría cordialidad, acompañado por el mismo movimiento por parte de ella. A la llegada de una palabra hiriente, girar sobre sí mismo y mirar a otro lado. Tomarla de la mano cada tres pasos, recordando su presencia. Acercarse por un instante, agarrando su cuerpo, impulsivo, apasionado. Regresar tan rápido como un pestañeo para que aquello dejase solo un recuerdo breve e intenso. Al final de cada baile, cuando ella bajase rendida la mirada, caminar despacio y abrazarla, besarla. Demostrarle que esa soledad únicamente existe en su mente. Un beso en la frente y esperar, quizá, una respuesta mayor por su parte. Ninguna palabra, ninguna caricia. Nada más.
lunes, 4 de octubre de 2010
Ritorno.
Soy un cuerpo perdido en mi inconsciencia, en un mundo desangelado, caótico de miradas de reojo al caminar. Enamorada de la romántica idea de la falta, buscando un algo en la nada. Él es un ente abstracto proyectado únicamente en el fondo de mis retinas. Miento si digo que jamás he confundido la realidad con mi ficción. En ocasiones, he creído encontrar el sucedáneo, el perfecto modelo para mi ensoñación. Lo matizo a gusto y le doy forma.. Estando en mi terreno, he absorbido pensamientos, maquillando aquellos que no me interesaban; cayendo lentamente en el pozo de lo absurdo, recelosa de mirar la superficie. De la historia siempre se ha repetido el final, ese en el que la realidad supera la ficción. Esta me invita a huír pavorosa. Ella nunca desiste, lo intenta por todos los medios, hasta que se convierte en la palabra que llega a mis oído, poniendo nombre a todos mis demonios.
viernes, 1 de octubre de 2010
La valentía es una optativa más.
Esta carta expresa lo último. El tiempo es poco. Siento que a cada segundo se acerca más el final. Es pronto, quedan demasiadas lecciones por aprender, demasiadas palabras que decir. En el momento en que crucé la puerta supe que no regresaría, que nada sería igual. Ojalá las últimas palabras hubieran sido otras y tuviéramos un último beso de despedida. ¿Por qué nada termina con un beso? Siento que fuera una mezcla de tristeza y rencor la que se apoderó de mí al volver a casa. Terminar bien algo que ya está zanjado. Ojalá.
No lo he pensado, no he reflexionado. He cogido las maletas. No sé ni dónde estoy ni a dónde voy. No sé si volveré a verte. Tú no querrás verme. Cada vez que miro hacia atrás me pregunto por qué jamás llevo mi teoría a la práctica. Recuérdame que la próxima vez que te abandone te diga antes la verdad. Te quiero. Por eso seré yo quien te haga más daño. Voy a provocarte las mayores emociones. Llora de
alegría y tristeza ahora. Sé que lo harás. Absurdo, ese pensamiento me alienta a irme aún más lejos. Me duele tanto. Todo está ahora a flor de piel. Todo. Por fin me siento vivo. Gracias.
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