viernes, 26 de marzo de 2010

Claustrofobia.

Abrió los ojos. Los cerró. Repitió el movimiento. No percibía cambios. Negro. ¿Oscuridad? Movió la cabeza, había suelo bajo su pelo. Frío o caliente. Era terciopelo. Lo intentó por última vez. Escuchó el ínfimo sonido del pestañeo. ¿Pero dónde...? Se mordió el labio inferior. No podía ser. ¿Pintalabios? Ella nunca utilizaba eso. No lograba recordar lo que había pasado.
Le dolía la espalda, los brazos, estaba agarrotada. Los piés los tenía congelados, apenas si era capaz de mover los dedos dentro de los... ¿zapatos? No podía ser. No lograba recordar la última vez ue se había puesto unos de esos, ella nunca abandonaba las deportivas. Olvidando por momentos el dolor de los músculos, intentó hacer memoria. Quizás fuer a una fiesta y bebió de más, por eso iba arreglada. Entonces, ¿estaría en casa e algún tío? Oh, no, mierda. A saber qué había hecho. Inconscientemente estiró el brazo izquierdo, siempre dormía al lado derecho, para comprobar si había alguien a su lado.
Tocó algo.
Pero no fue un cuerpo.
Tocó madera. Comenzó a temblar. ¿Cómo podía haberse quedado dormida al lado de la pared? No lo soportaba, sentía claustrofobia. Realmente había bebido mucho. Cerró los ojos. Intentando controlar nuevamente su respiración. No le llegaba el aire. Extendió el otro brazo.
Gritó. Gritó muy fuerte. Madera.
Comenzó a temblar. Notaba calambrazos en las piernas. Debía calmarse. Fue a colocarse las manos en la cara, para respirar mejor. No pudo. Tropezó con algo. Un techo. Gimió al darse cuenta.
Los zapatos, el pintalabios, el terciopelo... Aquellas gotas en su vaso, la oscuridad,aquel pitido en sus sueños, las voces apagándose, lejanas... La venganza, su entierro.










jueves, 25 de marzo de 2010

Morte, vida, aire.

Quero berrar as cousas ben alto, liberarme desta pesadume.Día tras día todo vai medrando lentamente. Xa non o aguanto. Todo o que hai aquí dentro estase a morrer. A cinsa esténdese ás miñas articulacións, ao sangue, aos órganos... dende a miña mente. Teño fame e esquézome dela. Deixo pasar o tempo e todo segue a apodrecerse. Os espellos, a miña mirada, tórnanse borrosos. Os charcos da chuvia reflexan esa distorsión, a miña realidade.

A néboa aparece, e me envolve. Todo vólvese escuro e inhóspito. A falta de pensamento non deixa saída e o meu propio monstruo comeza a trabarme. O camiño xa non ofrece volta atrás, todo semella lonxano. A miña respiración acelérase, mais non hai osíxeno nos meus pulmóns. Quero morrer se aínda hai vida no meu interior. Mirar cara diante, construír unha nova saída... implica coraxe. E eu non o teño. Esquecino onde aqueles sorrisos despreocupados. Morte, vida, aire. Nesa orde? Deixei demasiado no camiño, despreocupeime. Esta vida vaise rematar, seino, os días están contados. Dous telediarios ou unhas palabras. Alí pode estar o meu erro. 
Sen aire, sen bágoas, fin. 
Paz.

viernes, 19 de marzo de 2010

Perviérteme.

   Desnúdame, arráncame la ropa. Arranca la poca inocencia que queda. El pudor, la vergüenza, las lágrimas. Apágalas, rómpelas, deshazte de ella. No me hagas el amor, fóllame. Bésame, con los dientes. Haz que la sangre aflore. Pinta con ella las paredes. Que tus uñas recorran mis piernas desnudas. Mis escalofríos marcarán el ritmo.
   No me dejes hablar, tapa mi boca. Ahórcame con las piernas. Marca mi cuerpo, te pertenece. Machaca mi alma, deja tu huella. Ciérrame los ojos. Anula mis sentidos. Muéveme como tu marioneta. Fóllame contra la pared. Castígame. No quiero sentir más que tu cuerpo. No vista. No oído. No olfato. Gusto, tacto.
   No mente, no miente. Nada de pensamientos. Sensación fuerte. Inerte, inconsciente. Una marioneta, tú sosteniendo los hilos. 
El olvido manda a un lado todo lo demás, el dolor todo lo puede. Las costillas rotas. Mi sangre en las paredes. La piel está morada. La cara pierde su color. El orgasmo, el cénit. El último latido, la muerte.