viernes, 19 de marzo de 2010

Perviérteme.

   Desnúdame, arráncame la ropa. Arranca la poca inocencia que queda. El pudor, la vergüenza, las lágrimas. Apágalas, rómpelas, deshazte de ella. No me hagas el amor, fóllame. Bésame, con los dientes. Haz que la sangre aflore. Pinta con ella las paredes. Que tus uñas recorran mis piernas desnudas. Mis escalofríos marcarán el ritmo.
   No me dejes hablar, tapa mi boca. Ahórcame con las piernas. Marca mi cuerpo, te pertenece. Machaca mi alma, deja tu huella. Ciérrame los ojos. Anula mis sentidos. Muéveme como tu marioneta. Fóllame contra la pared. Castígame. No quiero sentir más que tu cuerpo. No vista. No oído. No olfato. Gusto, tacto.
   No mente, no miente. Nada de pensamientos. Sensación fuerte. Inerte, inconsciente. Una marioneta, tú sosteniendo los hilos. 
El olvido manda a un lado todo lo demás, el dolor todo lo puede. Las costillas rotas. Mi sangre en las paredes. La piel está morada. La cara pierde su color. El orgasmo, el cénit. El último latido, la muerte.

4 comentarios:

  1. OMG!!.. no tengo palabras. Que intensidad!
    Fantástico.
    Obra maestra.

    Saluditos

    ResponderEliminar
  2. Wow, de verdad, ojalá eso me pasara alguna vez a mí, sería un forma increíblemente buena de morir.

    Un saludo :)

    ResponderEliminar
  3. Impresionada.
    (No te dejes matar, por favor)

    ResponderEliminar
  4. cuando leí esto me quedé frío, jajaja muy bueno...

    ResponderEliminar